domingo, 20 de noviembre de 2011

Curisidades de la Esperanza Macarena

Primer golpe: Las entrañas de La Macarena

Atención, se abre en una ventana nueva. 
Esperanza Macarena
Esperanza Macarena
Cuando Arquillo la restauró por 1978, sus devotos se acercaban a la Basílica como quien va a un hospital a ver a una madre enferma. “¿Cómo anda hoy?” “¿Está mejorcita ya?” Cosas como estas le preguntaban al ya desaparecido Juan Marín Vizcaíno, macareno grande entre los grandes, que durante los días de aquel tratamiento en las dependencias macarenas, estuvo como de guardia permanente. Hace más de 30 años el profesor Arquillo y un equipo excelente en el que estaban dos restauradoras de categoría, Fuensanta de la Paz y Rogelia Hernández sanearon la imagen, restañaron las grietas y consolidaron su estructura. El elemento más visible de aquella restauración fue el tratamiento para suavizar la famosa mancha de la mejilla izquierda que quedó como una suave veladura en su rostro.

Aquel año pertenecía a otro tiempo. En aquella restauración lo importante era salvar los problemas de la Virgen. Pero nada más. ¿O sí? Pues parece que sí. Con discreción el profesor Arquillo también realizó pruebas a las que tampoco se le dio demasiada difusión: análisis, radiografías, una estratigrafía e incluso un barrido con microscopio electrónico para conocer el estado. ¿Se consiguieron entonces datos? ¿Y ahora?  

Bueno, la restauración ligera aprobada en el cabildo del domingo pasado va a durar apenas una semana y tendrá más que ver con el mantenimiento que con la reparación. No se va a hacer copia digital alguna, tampoco se le va a practicar un TAC, ni ningún otro análisis que, con la tecnología de estos tiempos podría arrojar alguna luz sobre el origen de la Virgen de la Esperanza. No se puede decir que en la hermandad no haya interés. La Macarena ha sido ejemplo de cofradía que para realizar actuaciones patrimoniales ha contado con los mejores expertos y que siempre ha estado abierta a las investigaciones históricas que han.

Interés hay, pero prisa ninguna. Las entrañas histórico-artísticas de la Macarena van a seguir convertidas en uno de los enigmas más hermosos de la Semana Santa de Sevilla. Su autor aún no va a poder alcanzar, desde la gloria de las alturas, la gloria terrenal del reconocimiento.  Ahora esta no es la clave. Lo fundamental será en junio que la Esperanza, su hijo y la Virgen del Rosario pase una semanita rápida y regresen sanos tras este chequeo de rutina que debería ser común para la mayoría de las Imágenes. 




Noticia extraida de: pasiónensevilla.net

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